El domingo pasado se publicaba la notica que se retomaban las obras de la Sagrada Familia para poder acabar, a finales de este años, la torro dedicada la Virgen María, que estará coronada por una estrella luminosa tanto de día como de noche. Ha sido una chispa de esperanza en medio de la oscuridad de esta pandemia y, seguro que su culminación iluminará la vida de muchas personas y será la ciudad de Barcelona un acontecimiento de máxima trascendencia, tanto en el ámbito religioso como en el turístico y cultural.
La Sagrada Familia es el máximo exponente en Barcelona de como la fe sigue crenado cultura al máximo nivel, como lo ha hecho desde hace muchos siglos, i eso, siempre en estrecha colaboración con todo la sociedad. Los testimonios que tenemos de esto en la ciudad y en todo Catalunya son muy diversos: arrancan básicamente con el románico, asumiendo una gran plenitud con el gótico, se entrelazan en el barroco i adquieren brillantez en el modernismo. Desde siempre la fe cristiana ha aprovechado los diversos elementos culturales para expresar se y se ha servido tanto de la pintura como de la escultura, tanto de la arquitectura como de la música. Las muestras tan notables y numerosas que nos han quedado son una herencia cultural de Catalunya de primer nivel que contribuye a que nuestra tierra sea un destino turístico de primer orden.
Des de hace unos años se ha iniciado «Catalonia Sacra», que es una iniciativa conjunta de todos los obispados con sede en Catalunya para poner en valor este patrimonio tan rico, dándolo a conocer y ayudando a comprender su sentido profundo. Más recientemente ha tenido lugar en la ciudad de Barcelona la experiencia «Alma medieval» que aglutinaba la Catedral, Santa María del Mary Sant Pau del Camp, para promover una visita conjunta. Esta iniciativa ha abierto el camino a otras nuevas que facilitan también el descubrimiento conjunto de este potencial, y en las que se está trabajando actualmente, comenzando por la misma ciudad de Barcelona. Estas iniciativas de ámbito turístico y cultural del patrimonio de la Iglesia han colaborado en la conservación y el mantenimiento de estos monumentos, permiten que los otros recursos eclesiales puedan ser destinados a otras iniciativas, de forma especial aquellos que más están sufriendo las actuales circunstancias.
En estos momentos en los cuales la pandemia nos lleva a paladear más todo lo que tenemos y nos invita a buscar la paz y todo lo que fortalece el espíritu, el patrimonio cultural de la Iglesia de Catalunya se ofrece en todo su potencial poniendo a disposición espacios que abran el corazón a la paz que se respira en ellos des de muchos siglos y con la voluntad de seguir ofreciéndola muchos siglos más. Unos espacios que permiten saborear la cultura precisamente en lo que le es lo más genuino. Y por eso des de las diversas instituciones eclesiales se han tendido puentes con las instituciones culturales de Catalunya para sumar esfuerzos que nos permitan multiplicar resultados, en estos momentos en que esto es tan necesario. Este trabajo conjunto nos permitirá presentar una oferta que, en los próximos meses, permita redescubrir a los mismos catalanes el patrimonio tan importante que tenemos y, un poco más adelante, sea un polo de atracción para los visitantes de todo el mundo, que volverán a llegar a nuestra tierra pero de una manera nueva y con un espíritu nuevo.
Mn. Josep M. Turull
Director del secretariado diocesano de turismo, peregrinaciones y santuarios del Arzobispado de Barcelona.
Artículo publicado en La Vanguardia, el domingo 31 de enero.